Una de las actuaciones del proyecto Bosques Sinérgicos es la creación y conservación de infraestructuras para la biodiversidad, entre los que se encuentra la mantención de árboles muertos, los cuales cumplen una importante función ecológica en los ecosistemas, albergando gran cantidad y variedad de organismos.
La madera de los árboles muertos
es la base de una compleja red trófica. Desde los insectos xilófagos capaces de
metabolizar la celulosa, hasta otros animales que se alimentan de estos
insectos, como aves y micromamíferos. Las oquedades en troncos también sirven
como despensa donde ardillas, córvidos y otros animales almacenan comida.
Finalmente, los organismos descomponedores terminan de transformar la madera
muerta en nutrientes que se incorporan al suelo, terminando de cerrar el ciclo
de la materia.
Algunas especies de aves, mamíferos
de tamaño pequeño y mediano, reptiles y gran variedad de invertebrados, crían
en el interior de oquedades de árboles muertos. Otros animales, como
murciélagos, roedores, anfibios y reptiles, aprovechan el refugio que les
brindan estas cavidades para hibernar durante los meses fríos, proporcionando
igualmente un microclima más fresco y húmedo durante los momentos de mayor
calor. Además, la madera muerta tiene un papel esencial para muchos
invertebrados, que completan parte de su ciclo vital en el interior de estos
troncos.
Bosques Sinérgicos cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), para la promoción de la bioeconomía y la contribución a la transición ecológica, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.